Si en un sistema de información hay muchos fuegos que apagar en forma de mantenimientos correctivos y evolutivos (siendo estos por cambios en las especificaciones iniciales del usuario) y recursos muy limitados para hacerles frente, lo mejor es olvidarse de evolucionar el sistema en una línea distinta a donde se encuentran los problemas.
De no hacerse así, no solo no se solucionarán los problemas, sino que el fuego terminará consumiendo los nuevos desarrollos.
Una vez estabilizado el sistema de información (lo cual no quiere decir que se hayan eliminado todos los inconvenientes, ya que estos son como cuando un cristal se rompe, pasan meses y todavía te encuentras fragmentos por el suelo) y teniéndolo bajo control (cosa que es complicada de conseguir cuando llegan más tareas que las que se pueden afrontar, hay mucho ruido de fondo y todas son urgentes), ya se podría empezar a pensar en una evolución del mismo, sin perder de vista que la misma debe ser acorde a los recursos presentes y futuros.