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Archivos diarios: agosto 9, 2010

¿120.000 euros vale hacer ese programa?, ¿qué caro no?. De una u otra forma he escuchado esa pregunta en innumerables ocasiones, incluso con importes casi diez veces más bajos que el que puesto. Supongo que a la mayoría de vosotros os ha pasado lo mismo.

Estoy harto de ver otro tipo de tareas que no son informáticas por las que se pagan cantidades importantísimas de dinero. No digo que no lo valgan, lo mismo valen hasta más que eso, lo que sí digo es que el desarrollo de software y los servicios informáticos también lo valen y no tienen menos importancia que esos otros servicios por los que se paga más dinero y parece normal pagarlo.

Como consecuencia de que no se le den a los servicios informáticos la importancia que les corresponde, algo que por otra parte es un error, si tenemos en cuenta que la actividad de la mayoría de las organizaciones gira alrededor de sistemas de información, provoca que por regla general los presupuestos estén muy ajustados o estén por debajo de lo que necesitaría, lo cual al final tendrá consecuencias en la calidad del producto resultante.

La culpa de los fracasos de muchos proyectos de desarrollo de software no solo se encuentran en los aspectos económicos, hay muchas más variables, pero es lógico pensar que si se dispone de más presupuesto hay más margen de error y hay más tiempo para intentar hacer las cosas mejor (aunque como ya he dicho alguna vez, el simple hecho de tener más presupuesto no implica por sí solo que el proyecto salga mejor, ya que los euros no codifican, no obtienen requisitos de los usuarios ni hacen modelos de datos).

De todas formas, el objetivo de este artículo no es analizar lo determinante que resulta el presupuesto para el éxito de los servicios informáticos, sino en indicar que la realización de este tipo de tareas requiere tanto esfuerzo, especialización, conocimientos, etc… como cualquier otra en las cuales ya se da por sentado que el coste será elevado.