No hay mejor formar de gestionar las expectativas del área funcional o del cliente que evitando las sorpresas. Es como jugar a las cartas conociendo las del resto de jugadores y eso debería ser un proyecto de desarrollo de software, un conjunto de personas, equipos y organizaciones que trabajan con respecto a los demás de forma transparente (y esto es perfectamente compatible con los intereses particulares o de empresa que puedan existir).
En los proyectos en los que trabajo tengo como objetivo minimizar las sorpresas, gestionando de esta forma las expectativas del área usuaria desde el mismo momento en que puede haber un cambio en las mismas. Casi nunca gusta que acortes alcances pero te aseguro que es mucho mejor negociar en esas circunstancias que cuando, sin margen de reacción, no cumples los compromisos con el usuario.
La confianza es fundamental en el desarrollo de software y más en proyectos con la intensidad que requieren los enfoques iterativos incrementales, por ese motivo es absolutamente necesario gestionar las expectativas, modularlas a la realidad del proyecto.
Ocultar el estado real del proyecto o de un sprint no sirve para nada porque al final, más pronto o más tarde se termina descubriendo el pastel, tal vez todo salga a la luz después de haber terminado los trabajos, pero esa huida hacia adelante termina pasando factura si quieres volver a seguir trabajando con ese cliente.