El concepto de espíritu de Dunkerque surge como consecuencia del esfuerzo realizado en mayo de 1940 por ciudadanos británicos en conjunción con sus fuerzas armadas para la evacuación del grueso de las tropas aliadas en la 2ª Guerra Mundial, como consecuencia del empuje de las fuerzas alemanas y el riesgo de quedar arrasadas ante la imposibilidad de defensa u otras vías de escape.
Se considera que el esfuerzo y el riesgo de unos pocos, implicados directamente o no en la guerra, permitió salvar a muchos.
Por tanto, ese concepto se utiliza para representar un espíritu de unión ante una situación adversa o complicada.
¿Cómo puede considerarse algo así un antipatrón y cómo se relaciona con el desarrollo de software?.
Existen proyectos que se consiguen salvar o que llegan a tener éxito gracias al esfuerzo de unas cuantas personas, generalmente las que están en el día a día, pese a que las condiciones de partida se encontraban próximas a un Death March Project y/o el conjunto de toma de decisiones hacían todo mucho más difícil.
Este antipatrón surge cuando tras la realización de ese esfuerzo (con ese espíritu de Dunkerque), esa mala negociación inicial, esa mala venta o esas decisiones tomadas de forma negligente quedan ocultas o minimizadas, con el riesgo de que en el siguiente proyecto pueda volver a pasar lo mismo, si el responsable o los responsables no han aprendido nada de lo sucedido.
Además, cómo no ha pasado nada, el mérito del equipo no será tenido en cuenta de manera adecuada, pudiendo pasar, como sucede muchas veces que el mérito se lo lleve quién o quiénes provocaron la situación de partida o han provocado resistencias en el proyecto.
No es cuestión de quién se lleve las medallas, sino de ser justo. Probablemente si el equipo siente que no ha existido justicia será mucho más complicado que el espíritu de Dunkerque vuelva a aparecer.
Te preguntarás, ¿qué se hace entonces?, ¿se deja fracasar el proyecto para que esos problemas salgan a la luz? No. El equipo de proyecto ha actuado como debe, sacando adelante un proyecto en unas condiciones muy complicadas. Es un problema de carácter organizativo ya que los responsables o jefes de quiénes han provocado esta situación, no han llegado a darse cuenta del problema, ya sea porque no han dedicado la suficiente atención, lo han seguido desde demasiado lejos o han realizado una gestión basada en números. O peor aún, siendo conscientes de la situación, no han hecho nada.
¿Y si vuelve a ocurrir?, ¿qué hacemos? Yo no soy partidario de bajar los brazos, mi opinión es que el equipo debe seguir trabajando de la mejor manera posible, si no lo hace, se convierte en cómplice y creo que eso no sería justo con el equipo. Si bien, entiendo perfectamente que la motivación y como consecuencia, la productividad baje, porque somos humanos y estas cosas nos afectan.