Desarrollo de software. Antipatrón. Multiplicación de entornos

Tener muchos entornos es sinónimo de sembrar de incoherencias una serie de servidores y/o de bases de datos. A veces puede resultar lo más cómodo pero es una visión cortoplacista porque al final te terminas arrepintiendo y no tardarás en darte cuenta como el usuario está probando en un entorno que no debe ser, tus desarrolladores trabajan en otros que no tampoco lo son, mientras que tu ya no sabes ni cuál es el bueno.

Tiene que haber diferentes entornos (no cuento las posibles instalaciones en local de los desarrolladores que tienen mucho peligro si no se hacen integraciones y sincronizaciones con frecuencia): lo normal es que hayan tres o cuatro (en función de si el producto se desarrolla internamente o para un tercero): integración del equipo de desarrollo, integración (del cliente), preproducción y producción. En función de la naturaleza del proyecto y/o de problemáticas concretas el número de entornos puede crecer o disminuir.

Cuando crece demasiado o innecesariamente, te darás cuenta en el momento en que todo se convierte en un caos. La solución es tratar, cuanto antes, de una situación más estable.

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