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Archivos diarios: diciembre 1, 2012

En el artículo de ayer exponía que los presupuestos abiertos ofrecen una mayor flexibilidad para abordar el desarrollo de un proyecto de desarrollo de software desde el punto de vista del valor del producto.

El cliente podría pensar, ¿y si considero que el valor del producto es suficiente y todavía queda presupuesto por consumir?.

Cuando hablo de presupuestos abiertos, lo hablo en los dos sentidos, en la posibilidad de ampliarse, si fuera necesario y con la posibilidad de reducirse, ya sea por el motivo indicado en el párrafo anterior o por el hecho de que al cliente le surjan otras prioridades económicas o no esté satisfecho por el trabajo que se está realizando.

Esto es muy potente y es una de las circunstancias que puede empujar a los clientes a adoptar estos esquemas de trabajo.

Pero, ¿puede interrumpir el cliente sin más el contrato? Hay que tener en cuenta que en estas circunstancias quien tiene las de perder será el proveedor porque tiene un equipo de proyecto dedicado al trabajo y que tendrá que reorientar hacia otros proyectos o redistribuir sus componentes en otros equipos. Esto requiere un tiempo y lo normal es que se pacte un compensación entre las partes si se termina el contrato antes de tiempo y no se ha avisado con la suficiente antelación.

Por tanto, el presupuesto abierto siempre es una ventaja entre las partes, ofrece una mayor flexibilidad y se adapta de manera más natural al funcionamiento y dinámica de los proyectos de desarrollo de software.