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Archivos diarios: agosto 10, 2010

Los desarrolladores de software tenemos que mantener una relación constante con los usuarios y con sus jefes en prácticamente todo el proceso de desarrollo de software. Eso es normal y absolutamente necesario para que el sistema de información esté a la altura de las expectativas del usuario (o por lo menos se aproxime ya que no siempre va a ser posible atender lo que el usuario quiere, ya sea por imposibilidades técnicas y/o presupuestarias).

El problema está cuando a los desarrolladores de software nos atribuyen cualidades mágicas y se espera que con nuestra intervención o con el software que se está desarrollando o se ha desarrollado resolvamos cuestiones de gestión o de funcionamiento que son fundamentales de solucionar para que el uso del sistema tenga sentido y la calidad del dato consiga unos niveles aceptables.

Dejar en manos de los desarrolladores estos temas es una de las causas principales de los fracasos de los sistemas de información, ya que de nada vale un sistema perfecto (algo que por otra parte nunca se tendrá) si no se han sentado las bases y directrices para que el sistema se use (en primer lugar) adecuadamente (en segundo lugar).

Por mucha habilidad y voluntad que tenga el desarrollador su «magia» llega hasta donde llega y hasta donde le dejen ya que no poseemos ningún tipo de autoridad (y es lógico que sea así) sobre el departamento o departamentos donde se va a utilizar el sistema de información.

Es muy difícil que un sistema de información por sí solo solucione un problema de fondo, puede ser una excusa para intentar arreglarlo, cosa que me parece bien, pero difícilmente las personas van a cambiar de hábitos o políticas si no se establecen las directrices necesarias para propiciar ese cambio, las cuales están muy por fuera del ámbito de actuación de los desarrolladores de software.