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Archivos diarios: agosto 15, 2010

La gran competencia entre los fabricantes de dispositivos móviles y los desarrolladores de sus sistemas operativos tiene un ganador claro independientemente de que una veces unos estén encima por encima y otras por debajo. Ese ganador somos nosotros que cada vez tendremos dispositivos de mayor calidad, capaces de proporcionarnos un mayor número de utilidades.

Por ese motivo no me gustaría que una solución terminase por imponerse a la otra porque precisamente en estos entornos competitivos es donde la innovación emerge como elemento que puede marcar las diferencias y de esto son perfectamente conocedores todos los contendientes en esta historia y sobre todo los responsables de los dos sistemas operativos que pretenden copar el mercado a medio/largo plazo, como son Google con Android y Apple con iOS.

Leo en Genbeta que las ventas globales de teléfonos con Android ha superado a las de los teléfonos con iOS (eso sí, en estos datos estadísticos no se cuentan otros dispositivos de Apple con iOS como iPad e iPod touch que probablemente situarían a este sistema operativo por encima de Android).

No obstante, los datos obtenidos por Android en este trimestre son muy positivos independientemente de que se hayan situado en ventas por encima de iOS (que no es poco) sino por la evolución que han obtenido desde el segundo trimestre del año pasado hasta este (algo que era complicado porque en aquellos momentos iOS tenía ya un largo camino ganado).

Comentó Bill Gates que: «Medir los avances de un programa utilizando como base el número de líneas de código es como medir el avance en la construcción de un avión por el peso». No puedo estar más de acuerdo.

El número de líneas de código no quiere decir nada más que ofrecer una medida del tamaño del software (una vez que esté listo) e indirectamente de su complejidad (ya que cuanto mayor sea probablemente mayor será la complejidad ciclomática y más complicado de mantener será la aplicación).

En muchas ocasiones los gestores de proyecto caemos en el reverso tenebroso de las líneas de código ya que es una medida tremendamente fácil de obtener y si en un mes se han desarrollado, pongamos por ejemplo, tres mil líneas de código más en el programa y en el mes siguiente se han codificado quinientas se podría llegar a conclusiones erróneas como por ejemplo, que en el mes anterior se ha sido más productivo y que en el siguiente se ha sido menos y en consecuencia que se ha avanzado menos que las cuatro semanas anteriores.

Todos sabemos que esto no tiene por qué ser necesariamente así, ya que no existe una relación directa entre el número de líneas de código y el grado de terminación del proyecto, es decir, podremos tirar muchas líneas de código y con ellas construir el armazón del proyecto, pero todavía quedaría lo más complejo que es perfilar el negocio y esas líneas de código no tienen la misma dificultad que las anteriores.

Estimar correctamente el avance de los proyectos no es ninguna tontería, porque si no se hace con un mínimo de criterio se darán estimaciones erróneas que darán lugar a que cuando se detecte que el proyecto vaya mal sea demasiado tarde para tomar medias efectivas. Además de que cada gestor de proyecto sea lo suficientemente objetivo en las mediciones resulta fundamental que en el ámbito de una organización exista un proceso uniforme para cuantificar el avance de los proyectos, no debiendo aplicar cada responsable el método o mecanismo que crea más adecuado sino aplicar uno común, ya que de lo contrario no habrá manera de confrontar y poner en común el conjunto de estimaciones que se reciban, lo que hará que la aplicación de soluciones sea menos efectiva y objetiva.

Eso es lo que somos, presente, siempre presente, viajando continuamente al futuro que llega a nuestra existencia de la misma forma que el aire nos roza la cara cuando vamos caminando.

El pasado ya no existe, es historia, ya pasó, con sus aciertos, con sus errores, son como fotos en la pared que si queremos las podemos quitar y perder. Somos lo que fuímos pero más importante es saber que lo que seremos será lo que construyamos desde ahora.

De nada vale anclarse en éxitos o fracasos del pasado pese a que ellos hayan podido influir en donde estemos hoy, ya que donde estaremos mañana depende exclusivamente de lo que construyamos hoy.

El presente es la vida, lo que tenemos la posibilidad de cambiar, de conseguir, de mejorar, todo lo que quedó atrás, quedó atrás.

El presente es lo importante y ahí es donde tenemos que tener centrada nuestra mente, no vivir el presente es viajar a la deriva ya que el puerto al que llegaremos mañana dependerá del rumbo que tomemos hoy.

En uno de los capítulos de la segunda temporada de Battlestar Galactica (en su nueva versión), serie que por otra parte recomiendo muchísimo, la flota Colonial, se divide en dos bandos, dejando como es lógico a cada bando más débil, no ya solo por lo que las naves y personal de un bando podrían ofrecer al otro, sino por no seguir o servir a un plan, proyecto u objetivo común y supeditar intereses o conflictos personales al interés general.

Después de reflexionar y vivir una serie de acontecimientos, el comandante Adama dice: «Esto se acaba, aqui y ahora», haciendo referencia a la división de la flota, tomando una serie de decisiones encaminadas a conseguir esa unión.

Si en tu organización no existe esa unión sino que departamentos que deberían colaborar hacia un propósito común hacen la guerra por su cuenta y no existe comunicación ni orden, es necesario buscar una solución «aquí y ahora», de manera que los objetivos sean los del departamento y organización que los engloba y no los de las personas que los conforman.

Sin un objetivo común y los departamentos enfrentados o sin comunicación, ¿qué se puede esperar de la organización?, pues bien poquito y lo peor de todo es que si no se atajan a tiempo este tipo de situaciones, las cosas van a ir a peor y aunque sea perfectamente posible reconducir este tipo de problemas, la complejidad de la solución y la gravedad de las medidas a tomar, son proporcionales al tiempo que se deje que este tipo de situaciones persistan.