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Archivos diarios: agosto 20, 2010

– Todos los competidores tienen éxitos y fracasos, el problema es que generalmente nos quedamos con sus éxitos, sin tener en cuenta los fracasos y eso hace que parezcan más terribles de lo que realmente son.

– Como consecuencia de lo anterior se les proporciona una ventaja muy grande, ya que se compite pensando que se tienen todas las de perder, lo cual merma la calidad de nuestras proposiciones o simplemente ni siquiera se presenta batalla.

Por todo lo anterior, no solo hay que intentar ganar a los competidores sino que hay que intentar vencer el lastre que suponen nuestras propias barreras. Una vez que desaparece esa carga y se entra en el terreno de juego seguro que se pueden conseguir resultados inesperados.

En este artículo quiero poner un ejemplo que puede ser interesante para darnos cuenta de que realmente lo difícil no son los objetivos o los competidores sino convencernos a nosotros mismos de que es posible.

Supongamos que somos jugadores de fútbol y no conocemos cómo es el portero del equipo rival y se plantean las siguientes situaciones:

1) El entrenador nos enseña un video de una hora de duración con las mejores paradas del portero.

2) El entrenador nos enseña un video de una hora de duración con una recopilación de los goles que le han metido al portero (priorizando los más tontos y fáciles de parar).

Sabiendo que en ambos videos serían reales, solo que uno recoge los mejores momentos y otro los peores. ¿Cuál de las dos situaciones favorecería más a nuestro equipo, aún sabiendo que enseñando un video u otro el portero sería el mismo?.