– Todos los competidores tienen éxitos y fracasos, el problema es que generalmente nos quedamos con sus éxitos, sin tener en cuenta los fracasos y eso hace que parezcan más terribles de lo que realmente son.
– Como consecuencia de lo anterior se les proporciona una ventaja muy grande, ya que se compite pensando que se tienen todas las de perder, lo cual merma la calidad de nuestras proposiciones o simplemente ni siquiera se presenta batalla.
Por todo lo anterior, no solo hay que intentar ganar a los competidores sino que hay que intentar vencer el lastre que suponen nuestras propias barreras. Una vez que desaparece esa carga y se entra en el terreno de juego seguro que se pueden conseguir resultados inesperados.