Desarrollo de software. Cuando el deadline se convierte en maldito

El deadline no es necesariamente malo, al fin y al cabo te señala una fecha para la cual se tienen que cumplir una serie de objetivos y siempre es conveniente trabajar en base a referencias con la finalidad de centrar la atención en ir cerrando fases en el desarrollo del producto y no caer en un bucle sin fin de un proyecto que no libera nada y que parece no avanzar.

¿Cuándo se convierte en maldito? Cuando se es inflexible en los objetivos a alcanzar.

Cuando se establecen objetivos no todos tienen la misma importancia, de ellos habrá un núcleo que necesariamente tendrá que estar y otros que podrían ser aplazables a una nueva entrega.

¿Qué ninguno se puede aplazar?, ¿estás seguro que es así?, ¿muy seguro? pues nada, tocará overtime, teniendo en cuenta que vas a desgastar al equipo de desarrollo (se pueden asumir picos puntuales pero los picos prolongados pasan factura) y que el resultado final, si es que se consigue, verá mermada su calidad por un lado porque el overtime probablemente no será suficiente y porque cansado y desgastado no se trabaja de la misma manera.

Mejor que llegar a esa situación es replantearse los objetivos. Es conveniente hablar con el área usuaria y llegar a un acuerdo, no digo que sea fácil, no digo que el usuario termine entrando siempre en razón, pero el esfuerzo invertido en intentar alcanzar un solución satisfactoria merecerá la pena y no solo para el desarrollador, también para el usuario.

¿Y si retrasamos algo el deadline? En el artículo me estoy refiriendo al deadline o deadlines de un proyecto (ya sea como fechas para tener el producto terminado o para tener cerradas determinadas fases del mismo) y no a las fechas límite de una iteración, si bien muchas de las conclusiones son extrapolables a las mismas.

La verdad es que es algo que hay que analizar en cada caso qué es lo mejor. De partida me parece una solución más apropiada mantener la fecha y ajustar la entrega (tal y como he indicado en el artículo) ya que como decía mantiene el enfoque, mantiene la tensión, si empezamos a relajar la fecha de entrega lo más probable es que a ese primer aplazamiento le sigan otros, sin embargo no os puedo decir que sea siempre la solución más acertada. Mi recomendación es que analices pros y contras en función del estado y contexto del proyecto y que te pienses muy mucho mantener objetivos imposibles porque por mucho que se apriete el acelerador probablemente seguirá siendo imposible.

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