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Archivos diarios: julio 21, 2013

El valor del producto proporciona directamente valor a la organización que hace uso de él y también resulta positivo y adecuado que la organización trate de armonizar ciertos tipos de desarrollos con el objeto de que el parque de aplicaciones no crezca de manera desproporcionada (otro de los males que aquejan a las organizaciones), la integración de datos sea efectiva y exista una cierta homogeneidad tecnológica, a la par de trata de conocer cómo se está gestionando el resultado de la inversión que se está realizando.

Y es que casi que más que calidad (aunque se siga utilizando de forma inevitable ese término), cada vez me gusta hablar más del valor del producto. Son dos términos compatibles y complementarios, a la vez de que la calidad de un producto contribuye a su valor.

El valor se asocia al sistema que se está desarrollando y las acciones que se realizan sobre el mismo pueden incrementarlo, mantenerlo o reducirlo y pueden impactar o no en los costes asociados para conseguirlo, por tanto, el valor es importante, mucho más que el coste si después se puede recuperar la inversión en un tiempo razonable, pero no debemos olvidarnos que tratar de buscar la eficiencia en el desarrollo implica también tratar de maximizar el margen entre el valor y el coste.

Esto implica que debemos desarrollar con intención con el objeto de incrementar en lo posible el valor del producto en cada evolución del mismo y también con la misión de que sea a un coste razonable, ya que lo que consigamos ahorrar se podrá volver a invertir en seguir incrementando su valor o en incrementar el valor de otras aplicaciones.

¿Conviene arriesgar coste a cambio de valor? Esta no es una respuesta que daba dar el desarrollador sino el responsable funcional o del producto, él es quien decide sobre su línea de desarrollo y de evolución y es el que debe evaluar si la inversión realizada puede poner en riesgo la continuidad de los desarrollos o del mantenimiento básico de la aplicación (debería dejarse asesorar también por los desarrolladores).

Si bien es responsabilidad del propietario del producto mi opinión es que si tenemos la oportunidad de rematar adecuadamente una versión del producto lo hagamos, aunque eso implique un coste adicional al que se tenía pensado inicialmente.

Tratar de conseguir un mayor valor es independiente del contexto, hasta en proyectos condenados desde el principio (Death March Project), podemos tratar de conseguir el mayor posible, independientemente de que se consiga llegar hasta el final o que los resultados no sean satisfactorios. Conseguir el mayor valor posible no quiere decir que se consiga superar el umbral para que la aplicación vaya a tener una acogida satisfactoria y tenga éxito.