Tecnología, innovación y miedo al cambio. ¿Es solo cuestión de zona de seguridad?

Si eres el responsable de una determinada infraestructura tecnológica que sabes que funciona, en la que tienes un soporte de calidad y en la que cualquier incidencia de cierta gravedad (y a veces no hace falta ni eso) con la misma te puede costar tu puesto de trabajo o incluso problemas mayores, ¿te arriesgarías al cambio?.

Imagina que la decisión depende, al menos, en primera instancia de tí. Delante tuya tienes la posibilidad de ahorrar entre un 50 y un 75% los costes pero también tienes la incertidumbre de que se trata de una tecnología nueva. En ese momento puedes poner encima de una balanza el ahorro y en la otra el coste que tendría para tu organización un fallo de la nueva tecnología (que probablemente sea muy superior al ahorro) y el deterioro que sufriría tu carrera profesional. ¿Hacia que lado crees que se inclinará la balanza?.

Incluso si se decantase por el lado de la innovación, es muy posible que el siguiente paso sea exponer los cambios ante otro grupo de personas que solo ven y entienden de números, ¿en qué porcentaje de casos crees que decidirán asumir el riesgo?.

La innovación llega al mundo empresarial porque hay personas, ya sea el responsable de un departamento, un comité ejecutivo o un consejo de administración que deciden asumir riesgos. En aquellos casos en los que la relación coste/beneficio/riesgo sea favorable y evidente el viento soplará a favor, en aquellos otros casos donde la incertidumbre sea mayor el viento soplará en contra, a lo que se sumará probablemente el hecho de que los proveedores de la solución actual, viendo amenazada su posición, no te pondrán las cosas fáciles.

Es muy probable que te soliciten casos de éxito y referencias y eso requiere un cierto tiempo y una inversión importante porque esos primeros pilotos es posible que te cuesten dinero porque si el cliente tiene una cierta entidad minimizará su riesgo en el sentido de que no querrá hacer un desembolso importante por algo que lo mismo no implanta, comenzará con una implantación paulatina en áreas no críticas y/o que estén muy controladas, querrá un soporte de una calidad similar a la que tuviera ya contratada con su proveedor habitual de servicios y una corrección pŕacticamente inmediata de las incidencias.

Incluso podrás encontrarte con situaciones en las que incluso te soliciten determinado tipo de certificaciones antes de hacer el piloto y/o contratarte tu tecnología.

Pero también existirán posibles clientes que encuentren tu solución como una oportunidad o como una salida (ante, por ejemplo, la imposibilidad de mantener determinados costes), poniéndote las cosas más sencillas y siendo más tolerantes, teniendo en cuenta que el tiempo y las oportunidades no serán ilimitadas.

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