Desarrollo de software. A por las soluciones simples

Es importante tener en cuenta segundas o terceras opiniones y reflexionar sobre la posible solución a un problema cuando la misma parece compleja a priori y por tanto requeriría un esfuerzo significativo para su realización.

Este ejercicio puede ahorrar días o incluso semanas de programación a lo que habría que añadir que probablemente la solución más simple tenga aparejada una menor deuda técnica.

Es posible que la solución simple implique alguna modificación sobre la dinámica de funcionamiento de la solución que especificó el usuario (es decir, que no sea un aspecto exclusivamente técnico), en estos casos es fundamental exponérsela y probablemente la acepte siempre y cuando la finalidad de la funcionalidad no varíe, hay que tener en cuenta que el usuario cuando realiza la especificación, por más que incluso la haga debatiéndola contigo, no tiene en consideración todas las opciones posibles sino la que en ese momento le viene a la cabeza o la que estuvo pensando la semana anterior.

Si te precipitas probablemente tardarás mucho más que si se analizan las posibles alternativas de solución. Al fin y al cabo será cuestión simplemente de esperar horas o días para madurar qué camino es el más óptimo.

Siempre agradecerás una solución simple, muchas desviaciones en los proyectos se producen precisamente por no dedicar suficiente atención a disminuir la complejidad técnica y funcional.

No importa que la idea no la hayas tenido tu, lo importante es el proyecto y éste es el resultado de la colaboración de todos los que participáis en el mismo. Tenemos el síndrome de la primera piedra, que consiste en que queremos ser nosotros los que coloquemos siempre el primer ladrillo pese a que el siguiente que se ponga sea el quinientos. Es importante dejar el ego a un lado para poder escuchar a tus compañeros.

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