La calidad del software no puede ser contemplada exclusivamente desde una visión funcional

Las expectativas del usuario y la calidad del software están muy por encima de las especificaciones funcionales, por eso que el producto final termine satisfaciendo el catálogo de requisitos funcionales (por mucho que se hayan refinado) no asegura ni el éxito del producto ni su calidad final.

Si solo pensamos en requisitos funcionales estamos limitando nuestra visión sobre lo que debe ser el producto final. Cada uno puede tener una definición de lo que considera calidad del software, en la mía no es condición suficiente la verificación de los requisitos funcionales (y probablemente muchos de vosotros estéis de acuerdo conmigo). Son importantes, no digo lo contrario, pero no es lo único.

Por un lado tenemos las expectativas que, si bien podría englobar los aspectos funcionales, contiene ingredientes adicionales como son la experiencia de usuario y la productividad en el uso de la herramienta (muy ligado a la anterior).

Y por otros los requisitos no funcionales (algunos de ellos serán detectados de manera temprana por los usuarios y podrían afectar a las expectativas del usuario sobre el producto), como por ejemplo, la mantenibilidad (deuda técnica), la disponibilidad, el rendimiento, los recursos que requiere y consume, etc…

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