Brian Kernighan. Los defectos están ahí, a la espera de ser descubiertos

Resulta complicado que no lleguen defectos a producción. Llegado a un punto, la inversión a realizar para tratar de que el número de defectos que lleguen a producción sea cero, crecerá exponencialmente, si bien, no se trata solo de echar dinero, sino de hacer las cosas bien, y mucho mejor si se hacen desde un principio y están integradas como una parte más del proceso de desarrollo.

Cuanto mayor sea la complejidad del sistema, cuanta más deuda técnica exista, más posibilidades hay de surjan defectos y de que estos resulten, en ocasiones, complicados de detectar, porque en muchos casos serán consecuencia de una combinación de actuaciones del usuario que no ha sido contempladas o testeadas previamente.

¿Cuántas veces se ha tenido un cuidado extremo en tratar de que no se cuelen defectos y después, cuando el producto ha entrado en producción, han empezado a aparecer errores?

Por ese motivo, considero importante que los responsables funcionales y determinados usuarios empiecen a testear el producto (independientemente de la estrategia de testing utilizada por el equipo de desarrollo) desde la misma etapa de construcción, desde el mismo sprint, conforme se van completando historias de usuario. De esta forma, no solo se consigue perfilar mejor determinados aspectos de las historias, sino que también se permiten detectar defectos que probablemente hubieran llegado a producción.

Sobre lo comentado en este artículo, me parece muy interesante la siguiente cita de Brian Kernighan: «Cada nuevo usuario en un nuevo sistema descubre una nueva clase de bug».

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