No hay que esperar a que un problema termine por explotar

Si se actúa con previsión, si se levanta la vista del suelo, es posible que la mayor parte de posibles problemas que puedan existir en una organización, en un departamento o en un proyecto, puedan ser atajados a tiempo o como mínimo ver minimizados su impacto.

Sin embargo, el miedo a tomar decisiones, un mal análisis de la situación presente y una mala previsión de la futura, una mala elección de prioridades, el inmovilismo, el hacer oídos sordos a quien conoce de primera mano un problema, son responsables de que un problema termine por materializarse y lo que es peor, que termine por explotar y tenga un impacto importante.

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