Llegar tarde

Se dice que más vale tarde que nunca y estoy totalmente de acuerdo. Lo que pasa es que en muchas ocasiones se llega demasiado tarde y cuando esto sucede, las soluciones que se intentan aplicar, incluso siendo óptimas, lo mismo no consiguen darle la vuelta al problema que se intenta resolver.

A veces se llega tarde sin darnos cuenta, los problemas del día a día nos impiden ver que paso a paso nos vamos a una situación de difícil vuelta a atrás. El hecho de que no nos demos cuenta no nos exime de responsabilidad porque deberíamos haber dado en más de un momento un paso atrás, tomar perspectiva de cómo nos va todo, detectar los problemas e intentar ponerle soluciones.

Otras veces se llega tarde porque simplemente nos hemos dejado ir, pensando que una fuerza mágica nos va a resolver los problemas. Es curioso, pero a veces funciona, pero menos, mucho menos de lo que se piensa. Los problemas se resuelven a través del trabajo e intentando aplicar soluciones, cualquier otra cosa es casualidad y no creo que sea lo mejor dejar que aspectos importantes queden en manos del aire.

Nos esforzaremos, seremos metódicos y a veces seguiremos llegando tarde, no se trata de ser infalibles sino de ser conscientes de que podemos reducir las veces que ocurren estas contingencias, que está en nuestra mano y que si nos dejamos ir o esperamos que sean otros los que resuelvan nuestros problemas, probablemente se incrementará el número de veces que llegaremos tarde o lo que es todavía peor, que no lleguemos.

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