Intentar ser justo te hace ser un funambulista

Recuerdo una reunión de muchas horas de duración que tenía como objetivo consensuar con el proveedor la relación de tareas que se tenían que realizar para dar por cerrado el proyecto.

En la misma tomé una posición que no fue muy bien entendida por las personas que junto a mi representaban al cliente ya que interpretaron que había sido muy blando con respecto al proveedor. Por otro lado, el proveedor tampoco estaba satisfecho con los acuerdos a lo que se llegaron, por tanto y al final me encontraba en el «punto de mira» de ambas partes.

Lo pongo entre comillas porque no había acritud, pero ambas partes esperaban otra cosa de mi, aunque independientemente de lo anterior, sentían su respeto y eso es lo que me queda, eso y que los míos, pese a todo, estaban conmigo.

No me gusta imponer, prefiero dialogar, consensuar, llegar a acuerdos, empatizar, si puedo arreglar un problema con otra persona, prefiero hacerlo con ella que recurrir a escalarlo. No soy un angelito, tampoco lo pretendo.

Sigo una línea en los proyectos de desarrollo de software y trato de no salirme de ella, tengo unos límites de hasta cuando se debe flexibilizar los requisitos y pretendo ser lo más objetivo posible, ¿lo consigo siempre? no, ¿lo intento siempre? sí.

Deja un comentario