Gerald Marvin Weinberg. El problema de mentir es que después hay que tener buena memoria

Hay mentiras que se detectan a la primera hay otras que necesitan su tiempo. Mentir es todo un arte, un complejo arte en el que quien miente debe tener muy buena memoria.

La mayoría de las mentiras salen a la la luz porque el mentiroso termina por no recordar lo que dijo y el interlocutor sí que lo recuerda (es más fácil recordar una realidad que una ficción).

No todas las mentiras son iguales y tienen la misma relevancia. Sí que son importantes aquellas que afectan a las relaciones cliente/proveedor en un proyecto de desarrollo de software porque afectan directamente a la confianza. Sin confianza difícilmente habrá resultados.

Y se miente mucho, demasiado y esto ha hecho mucho daño al desarrollo de software. Con mentiras se pueden conseguir victorias (si es que se les puede llamar así) pero es difícil progresar profesionalmente de esta forma porque las bases son frágiles. Por supuesto que habrá supervivientes, siempre hay supervivientes.

Me parece interesante la siguiente reflexión de Jerry Weinberg: «Una de las grandes ventajas de no mentir a tus clientes es que generalmente no tienes que recordar lo que le has dicho».

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