Offshore

La logística que se requiere para implantar un centro de desarrollo de software offshore y que funcione adecuadamente no debe ser nada sencilla.

Como ya he comentado en algún artículo, si el desarrollo de software se va a centrar en el mercado español, recomendaría sin duda que el centro Offshore se situase en Sudamérica, ya que de no ser así a las dificultades propias de mantener un centro a miles de kilómetros de distancia habría que sumarle la barrera del idioma, ya que los análisis y diseños llegarían en español.

Un aspecto importante es que los conceptos de Offshore y Nearshore están un tanto solapados, en tanto que hay personas que entienden que la diferencia entre ambos conceptos no es la distancia, sino el idioma y/o la diferencia horaria. En mi caso y porque tengo que decidirme por algo, establezco el criterio de la distancia para diferencias ambos conceptos y para diferenciar también el concepto de Nearshore con el de Inshore.

Pienso también que sería muy conveniente que personal ya especializado en desarrollo de software y en los procedimientos, metodología y framework de la organización estuviera desplazado en la sede del centro offshore, tanto para dirigirlo, coordinar los proyectos y realizar tareas de formación y soporte. Son importantes estas figuras con el objeto de darle a este sucursal de la empresa ese sentimiento corporativo, esa imagen de empresa que no la dan ni los logotipos, ni las guías de estilo, ni siquiera la metodología o el framework. Cuando el centro esté más consolidado, se podría ir sustituyendo personal desplazado por personal local.

Como también he comentado, un centro Offshore aunque tenga como objetivos reducir costes de producción (como resultado de instalarse en un país donde el salario medio es inferior), bajo ningún concepto debería tener un tratamiento distinto al que tendría si el centro tuviera características Nearshore o Inshore. Es decir, es un centro más de la empresa, en el que deberían existir las mismas posibilidades de promoción y las mismas condiciones laborales que en el resto y dar la posibilidad al personal que destaque que solicite ir a trabajar, siempre que existan vacantes, al centro que más convenga a sus intereses.

La apertura de un centro Offshore tiene importantes costes, por lo que entiendo que la apertura de un centro de estas características debería responder a una demanda real o relativamente cierta de trabajo durante un período de tiempo que permita amortizar (evidentemente con los riesgos que siempre acompaña a cualquier negocio relacionado con la informática) la inversión y consolidar el centro de trabajo. Una vez establecido el centro, ya es cuestión de utilizarlo en aquellos proyectos que estratégicamente convenga a la organización.

Otra posibilidad podría ser, en lugar de instalar un centro propio de la organización, contratar los servicios de desarrollo a una empresa de desarrollo de software del país, bajo el marco que establezca un determinado acuerdo de nivel de servicio. Esta posibilidad no requiere ningún tipo de inversión en infraestructuras, aunque requiere tener un importante grado de confianza en el proveedor, con el objeto de que éste entregue un producto acorde a las especificaciones de calidad establecidas.

Los lectores más asiduos de mi blog, se extrañarán por mis últimos guiños al Offshore, mostrados en este artículo y en otros, ya que siempre he dicho que las bases sobre las que se sustenta este tipo de servicios no me gusta (la base de utilizar un país o una región con menor renta per capita y con menores costes de infraestructura), pero vistas las características del mercado, de los movimientos de muchas empresas y porque al fin y al cabo, una empresa de estas características, si está bien gestionada y tiene buenas intenciones, crean empleo y riqueza en las regiones donde se implantan, hace que por lo menos le conceda a este tipo de servicios el beneficio de la duda.

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