Costes de estructura

Los costes de estructura de una organización deben ser proporcionales a sus ingresos y tamaño. En épocas de bonanza económica se tiende a crear departamentos con competencias artificiales o a reforzar áreas que realmente no necesitaban ese aporte adicional, en muchos casos por imagen y en otros porque los responsables de esas áreas han tenido fuerza suficiente como para aumentar sus equipos de trabajo y así repartir entre más personas la carga de trabajo y/o contar con más recursos ante eventuales pico de actividad.

La estructura engulle presupuesto y para darle de comer se necesita estar continuamente obteniendo ingresos. A más estructura mayor es el coste/hora necesario de cada empleado que está prestando un servicio para un tercero. Esto implica que o bien se venden muy bien los proyectos o los que intervienen en los mismos tienen que extremar su productividad.

En momentos como este donde resulta complicado acceder a proyectos con presupuestos holgados, para ser competitivo hay que ser muy productivo, pero todo tiene un límite y la productividad no puede crecer de manera indefinida por lo que si la estructura consume muchos recursos económicos y no se adapta su tamaño a la situación actual del negocio será complicado mantener el equilibrio presupuestario en la empresa por mucho que se optimicen los resultados en los proyectos.

La competitividad por tanto tiene como una variable más la existencia de una estructura en la organización acorde a sus necesidades y a la realidad del negocio.

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