Decir que no

Saber decir que no es una cualidad que considero innata. No es fácil decir que no y todavía es más complicado saber decirlo sin molestar mucho al interlocutor.

Como todas las cosas, se puede aprender a decir que no, pero a los que no nacemos con esa cualidad nos cuesta mucho.

No saber utilizar el no es un problema, supone aceptar la mayoría de las cosas que nos piden y eso nos cargará de tareas, muchas de las cuales no nos corresponden y/o no podemos asumir.

No saber utilizar el no es improductivo y es causa de pérdida de motivación, ¿por qué siempre me toca a mi?, ¿por qué siempre yo? pues probablemente porque te cuesta decir que no.

Es imposible tener contento a todo el mundo, cuando digas que no tal vez no le guste al que se lo dices, pero quizá va siendo hora de que pienses más en cómo te sientes que cómo se siente el otro, no es egoismo ya que si no te sientes bien, es complicado ser feliz y si no eres feliz es difícil poder ayudar a los demás y a ti. Además, tal vez por no decir que no a determinadas cosas, obliga a que tal vez tengas que desplazar en prioridad otros aspectos más importantes o incluso peticiones de otras personas que tal vez sean más interesantes o te importen más (lo que te piden y/o la persona).

4 comentarios
  1. Avelino dijo:

    Desde mi punto de vista, es la definición perfecta de «Asertividad» :-). Felicidades por el blog.

    • jummp dijo:

      La clave es tener la posibilidad de elegir, de expresarnos, de poder decir que no si entendemos que la situación no es justa (y si además nos conviene hacerlo).

  2. Gero Correa dijo:

    No podría estar más de acuerdo contigo. El miedo a decir «no» nos hace soportar condiciones que no deberíamos aguantar. Yo trabajo dando clases en ciclos de grado medio y en algunas escuelas me piden que haga horas extras, algunas de ellas sin cobrar. A veces las hago, porque todo está muy mal y no quiero perder el trabajo, pero creo que tendré que aprender a decir «no», aunque sólo sea por mi salud mental.

    • jummp dijo:

      Decir que no es solo una parte de algo más importante que no es otra cosa que nuestra capacidad para decidir, de llevar nosotros las riendas. Habrá veces donde no nos convenga decir que no y otras donde sí, esa es la clave, tener la opción de elegir.

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