Desarrollo de software. Cuando mejoras y nuevas funcionalidades perjudican el producto

Lo fácil puede ser optar por la estrategia de tú me pides, yo lo hago. Sin embargo, la mejor estrategia es, tu pides, yo lo analizo, te comento los riesgos (si hay), tu decides y yo ejecuto.

Hay veces que el usuario o el cliente pide una funcionalidad, que lo mismo es algo accesorio o que no es importante, que lo mismo puede ser útil pero que al fin y al cabo no es necesaria para que pueda desempeñar sus tareas de manera más o menos eficiente a través del sistema de información. Ellos pagan, luego tienen la posibilidad de pedir, pero lo mismo se piensan dos veces una determinada petición si se les explica las «contraindicaciones» que tienen la realización de la misma.

Porque, ¿cuántas veces ha llevado la realización de una mejora o la implementación de una nueva funcionalidad a una versión peor del producto? si nos ponemos a pensar, es más que probable que cada uno tengamos varios ejemplos.

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