La dificultad de la aplicación de prácticas ágiles I

Ya he comentado en diversas ocasiones que mi forma de entender el software cambió tras la lectura del manifiesto ágil. Fue como si todas las piezas del puzzle, que años de desarrollo en cascada se encargaron de confundir y desunir, empezaran a encajar.

Es cierto que antes de ese momento ya pensaba que lo importante para que los proyectos salieran adelante eran las personas, su adecuada interacción, comunicación y confianza e intentaba dividir los proyectos en fases y conseguir feedback tanto para mejorar nuestra forma de desarrollar como para mejorar el producto,

No era (ni soy) un iluminado, ni mucho menos, puesto que la tendencia natural de la mayoría de nosotros es intentar mejorar y solo hay que haber trabajado un poco con enfoques clásicos para darnos cuenta cuáles son sus carencias en entornos reales de desarrollo de software.

La lectura del manifiesto ágil puso ante mi la realidad en la que creía y la intensificó por su ánimo no solo de mejorar los resultados en los proyectos sino también de la forma en la que se consiguen(algo que es, para mi, importantísimo).

La base de esta nueva corriente o movimiento (que si bien sentó las bases en el 2001) comenzó mucho antes, mediante la aplicación de estrategias, metodologías y enfoques que eran compatibles con la misma, como resultado de esa huida del orden establecido por los enfoques clásicos.

Es importante entender los fundamentos de esta forma de entender el desarrollo de software, por ese motivo recomiendo siempre empezar por ahí, por la base y ponerla en contraste con los ciclos de vida tradicionales. Es posible que hayas tenido la fortuna de trabajar siempre en entornos ágiles, sin embargo, si no ha sido así, te será fácil hacer ese análisis (y si no, trata de que personas que hayan trabajado en ciclos de vida clásico te expliquen sus experiencias), siempre y cuando tengas el deseo de seguir mejorando y de asumir tus numerosos errores del pasado.

Si entiendes los fundamentos podrás aplicarlos sea cual sea el contexto y sea cual sea el enfoque porque la agilidad es cuestión de actitud. A veces las restricciones existentes en los mismos te limitarán su aplicación pero no podrán minar tu actitud y verás como se presentan situaciones que podrás afrontar desde una visión ágil.

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