Desarrollo de software. La guerra por su cuenta y proyectos repetidos

Muchas empresas de desarrollo de software han ganado dinero a espuertas gracias a esto, en ocasiones propiciado por ellas mismas y en la mayoría de los casos provocado por los mismos clientes. En cualquier caso no hecho la culpa de ello a quien es contratado, sino a quien contrata.

Esto suele suceder en organizaciones donde la gestión informática está descentralizada, fragmentada y sin la existencia de una política real de coordinación. En situaciones como esta cada departamento TIC suele hacer la guerra por su cuenta, en unos casos por ser autosuficiente, en otros por considerar que son capaces de hacer su trabajo mejor que el resto y en otras por un mero afán de ser dueño de un cortijo (la diferencia con la autosuficiencia es que en el primera caso el objetivo es no tener que depender de nadie más para garantizar el funcionamiento y disponibilidad de los sistemas, mientras que en el segundo el principal objetivo es mantener una parcela de poder).

Es cierto que las problemáticas en diferentes organizaciones puede ser distinta a la hora de enfocar un mismo proceso pero en muchos casos la solución no debe pasar por desarrollar un sistema específico para cada casuística sino en determinar qué aspectos son comunes, cuáles son divergentes y cuáles son los motivos que provocan esa diferencia para intentar reducirla, antes o durante el proceso del desarrollo del sistema único y si no fuera posible por lo menos reaprovechar toda la infraestructura que sea posible.

De esta forma tendríamos proyectos mejor dotados presupuestariamente y por tanto con una mayor margen para intentar, si el proyecto evoluciona racionalmente, que el resultado final salga de la mejor manera posible.

La bonanza económica de hace unos años constituyó un caldo de cultivo adecuado para el carácter independiente y autónomo de muchos departamentos TIC, yo tengo el dinero, yo me lo guiso y yo me lo como, la consecuencia de eso es que ahora tienen múltiples sistemas que mantener y sin dinero para poder hacer frente a los mismos. Si se hubiera sido más solidario en su momento ahora podría repercutirse los costes de mantenimiento entre diferentes departamentos y la cosa sería diferente.

Pero no solo hay que echar la culpa a los departamentos TIC (que la tienen) sino también a la falta de una coordinación desde la organización. Si no existen normas rígidas al respecto se abre vía libre a que cada cual haga la guerra por su cuenta. No es fácil establecer un marco de trabajo común, un roadmap general, pero si no se intenta, difícilmente se podrá llevar a cabo.

Esto pasa tanto en el marco de entidades privadas como públicas y es un aspecto en el que hay que tratar de mejorar, no ya por intentar hacer las cosas bien, sino porque en momentos de crisis económica como el actual porque no hay otra alternativa.,

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