Desarrollo de software. Un plan

Sin un plan, unos objetivos, el funcionamiento de una organización, un departamento o un proyecto va a la deriva y se guía exclusivamente por las contingencias del corto plazo y estás a merced, como un títere, de los que tienen más claro que tú lo que quieren.

Para ir a algún sitio tenemos que saber a dónde dirigirnos y determinar las acciones que tenemos que realizar para llegar allí. Para un jefe de proyectos es esencial tener claro esos objetivos y ese plan de acción. El problema de todo esto es que hasta que no te pegas unas cuantas tortas, no terminas de darte cuenta que en los proyectos necesitas tomar una dirección, que puede ser equivocada, pero una dirección.

Esa es la base, tener un plan, pero después toca sortear los obstáculos, tanto los que vienen de atrás (de la fase de venta y/o negociación del desarrollo con el cliente) como los que se producen durante el desarrollo. Si en el proyecto andamos en círculo o sin rumbo, nos tendremos que enfrentar al mismo obstáculo más de una vez y dada la complejidad que rodea al desarrollo de software y los presupuestos con los que se suele contar para llevar a cabo esta tarea, no está la cosa para invertir esfuerzos que no producen ningún tipo de avance en el proyecto.

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