La neutralidad es enemiga de la productividad

En muchas organizaciones se toman decisiones neutrales en materias de recursos humanos o muchos jefes de proyecto, jefes de departamento, etc… toman ese tipo de decisiones respecto a sus empleados. ¿En qué consisten esas decisiones neutrales? Pues en la aplicación de una determinada política a todos ellos, es decir, todos somos buenos, todos somos regulares o todos somos malos. Sin llegar a este extremo, también considero políticas neutrales cuando son de aplicación pocas alternativas de un determinado tipo de decisión a un conjunto amplio de empleados (en proporción a dichas alternativas).

Desde mi punto de vista esta política va en contra de la productividad de los empleados, ya que decisiones o políticas globales meten en el mismo saco a personas con diferentes niveles de productividad, lo cual es injusto y puede provocar pérdida de motivación de aquellas personas más productivas al ver que otras que han conseguido resultados inferiores tienen el mismo tipo de recompensa.

Por todo esto, soy partidario de las evaluaciones individualizadas de los empleados y que su recompensa, reconocimiento o similar venga determinado por su resultado individual dentro del colectivo (no quiero decir con esto que no se valore su participación en tareas en las que también han participado otros) independientemente del tiempo que lleve en la organización o de su nivel dentro de la jerarquía de la organización. Soy consciente de que la aplicación de esta política puede resultar complejo en empresas de gran tamaño, pero en donde pueda ser posible de aplicar creo que es la mejor solución.

Como al final la evaluación depende de un individuo, es necesario que estas personas que evalúan expongan en la misma, es decir, si una persona se equivoca evaluando debe tener consecuencias sobre su propia evaluación, ya que de esta forma se cuidará mucho de aplicar decisiones políticamente correctas y se centrará más en la toma de decisiones objetivas.

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