El hábito sí hace al monje

En este artículo no voy a tratar del vestido que utilizan los religiosos sino de algo que se encuentra en nuestro interior.

Los seres humanos estamos llenos de hábitos, estamos llenos de automatismos, de formas de afrontar situaciones y de percibir el entorno. Tenemos hábitos buenos y malos, adquiridos a lo largo de nuestra vida ya sea por nuestra experiencia, por lo que se nos ha inculcado desde pequeños y por lo que hemos aprendido.

Nuestros hábitos nos condicionan porque si bien el cerebro consciente es el que dirige, el inconsciente es quien actúa continuamente, el que hace el trabajo sucio. Finalmente lo que conseguimos es el resultado de nuestros hábitos, por lo que los mismos nos definen.

Tenemos la posibilidad de modificar nuestros hábitos, por lo que podemos cambiar. Si no conseguimos nuestros objetivos, nuestras metas, nuestros sueños, tendrán mucho que ver lo que tenemos automatizado dentro de nosotros, tanto lo que creemos controlar como lo que no. ¿No te has sentido muchas veces mal de ánimo y no entiendes por qué?, ¿no te sientes eufórico y no lo consigues asociar con algo? Nuestro inconsciente actúa, procesa y devuelve resultados, no siempre de forma instantánea.

Los hábitos se graban en el subconsciente por lo que se requiere de un trabajo profundo desde el cerebro consciente para modificarlos. Nada es fácil, esto tampoco. Eso sí, la recompensa de cambiar malos hábitos por otros buenos merece la pena.

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