Desarrollo de software. Antipatrón. Pared de cristal

El antipatrón «techo de cristal» trataba sobre barreras invisibles, basadas en criterios subjetivos o con falta de transparencia, en las que se impedía la promoción profesional de un trabajador o de colectivos concretos de trabajadores.

En este caso, la «pared de cristal» trata de un aspecto diferente, aunque tiene en común la aparición de resistencias de gran intensidad basadas en criterios subjetivos u opacos, que dificultan el avance de un proyecto o de un objetivo más general, hasta tal punto de ponerlos en un grave riesgo.

Una «pared de cristal» podría ser el resultado de la labor de un «generador de resistencias«, pero hay una diferencia que hace que sean dos antipatrones diferentes: el «generador de resistencias» aplica su criterio a todos los proyectos (o a una gran mayoría de ellos) y quien crea «paredes de cristal» lo hace a proyectos u objetivos concretos, que tienen alguna característica que no les gusta, ya sean decisiones técnicas, funcionales, económicas o por el simple hecho de que no se llevan bien o no les gusta alguna de las personas que intervienen.

Un proyecto puede ir muy bien y una «pared de cristal» convertirlo en algo insufrible. En lugar de invertir el esfuerzo en el proyecto, se invierte en el lugar equivocado, en intentar sortear un obstáculo que artificialmente se ha añadido en nuestro camino. Lo peor de todo es que el obstáculo no es un objeto inanimado, tratará de evitar que lo superes y si lo haces, no te extrañe que vuelva a intentar ponerte las cosas más difíciles de lo que ya son.

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