Desarrollo de software. Antipatrón. Culto a la incompetencia

Es muy frecuente encontrarnos con personas no solo que no sean productivas sino que su productividad neta sea negativa. ¿Por qué negativa? Porque el daño que hacen a la producción es mayor que lo que aportan y esto no es solo provocado por lo que pueden estropear, eso es casi lo de menos, sino por el impacto que tienen en la productividad de los demás.

Este antipatrón surge cuando conociéndose ese problema no se hace nada al respecto, lo que es lo mismo que admitir que tu capacidad de producción tiene una resistencia que no vas a eliminar. Lo peor de todo esto es que esta resistencia generará nuevas resistencias (teoría de las ventanas rotas) porque la cultura del nunca pasa nada es de lo peor que le puede pasar a una organización.

No se trata de generar una cultura de miedo (que es totalmente negativa) sino una cultura de responsabilidad, que es algo totalmente diferente.

El principio de Dilbert como solución a este problema es una huida hacia adelante porque lo que haces es desplazar el problema, ya que aunque lo separes de la línea de producción y lo coloques en un puesto donde sea inocuo, el mensaje sigue estando ahí: «no importa lo mal que lo hagas, que incluso te recompensaremos con ello» y eso termina calando en la organización, hasta tal punto que termina convirtiéndose en parte de la cultura de la misma.

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