Desarrollo de software. Antipatrón. Desarrollo impulsado por el alcohol

Vamos a ponerle un contexto (en el que se pueden producir algunas o todas de las siguientes situaciones):

– Proyectos de larga duración en la que se somete al equipo de personas que trabajan en él a una gran presión y en el que de manera habitual se produce overtime.

– El equipo de proyecto mantiene una cierta estabilidad (poca rotación).

– El equipo de proyecto se aisla en una sala de la organización, en un edificio independiente o en la sede del cliente (en ocasiones y por largas temporadas, incluso fuera de la localidad habitual de trabajo de la mayoría de los miembros del equipo).

En este tipo de contextos, salvo en aquellas situaciones en las que existe una división en el seno del equipo, se crea un vínculo fuerte entre la mayor parte de las personas que pertenecen a él. Se sabe que se está en un marrón y que todos colaboran para sacarlo adelante o el proyecto terminará por devorarles.

Este vínculo, hace que la relación entre las personas se extiende habitualmente fuera de la jornada laboral.

Ahí es donde surge este antipatrón, cuando en esos encuentros fuera del trabajo y con mucho alcohol consumido, se tratan aspectos del proyecto (de su gestión, de su desarrollo, del cliente, de los jefes, etc…) que terminan por crear una tendencia en el trabajo habitual:

– Reforzar la situación de aislamiento (nosotros contra todo el mundo).

– El enfoque adecuado del proyecto es el que podemos darle nosotros y no el que nos venga impuesto por el cliente o por nuestros superiores.

Desde mi punto de vista no tiene por qué haber necesariamente una causa/efecto entre hablar de aspectos laborales con muchas copas de balón (o vasos de tubo) por delante y lo que acabo de describir, incluso en el contexto inicialmente descrito. Se trata de un antipatrón sobre el que había leído y lo mejor es que cada uno saque sus propias conclusiones.

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