archivo

Archivos diarios: May 20, 2010

Me gusta Sonar y creo que a mis compañeros también. Para ser justo, hay que mencionar también a PMD, Checkstyle y FindBugs porque Sonar debe mucho a esos proyectos.

Las métricas de Sonar asustan porque son muchas y algunas son complicadas de entender tanto en su significado como en su cálculo. Entenderlas es importante, pero tratar de interpretar a corto plazo el significado de todas puede llegar a hacer que sea algo tan abrumador que haga que se pierda el interés en todo lo que te puede proporcionar el producto.

Siguiendo este punto de vista, yo entiendo que la integración de Sonar dentro de nuestros procedimientos de certificación de la calidad del software resulta muy importante, pero también que su incorporación debe ser gradual, consolidando diversas métricas y mediante diferentes iteraciones y con tiempo, definir lo que serán nuestros márgenes de tolerancia, una vez que consigamos esto, ya será mucho más fácil ir incorporando en nuestros análisis nuevas métricas, sin olvidar de la mejora continua de los umbrales que se definan, porque sólo el tiempo y nuestra experiencia nos permitirá definir unos límites acordes a tener una deuda técnica baja, sin que suponga necesariamente un sobrecoste no asumible en los desarrollos, porque los presupuestos que tenemos son los que son y las aplicaciones, sobre todos aquellas que llevan en producción más tiempo, están como están.

Por ese motivo, probablemente nos centremos inicialmente en las siguientes métricas: Cobertura del código por pruebas unitarias, duplicidad de código, complejidad ciclomática y los comentarios, ya que son las más fáciles de interpretar y tienen repercusión directa en la deuda técnica.

Nos tocará definir, como he comentado anteriormente, cuáles serán los umbrales a partir del cual aceptaremos un software entregado, al principio nos equivocaremos y seremos o muy injustos con el proveedor o demasiado blandos, pero eso no me preocupa porque realmente lo importante es consolidar unos umbrales cada vez más acordes con la realidad y que también los proveedores entiendan que para nosotros no sólo es importante que el producto funcione, sino que también que los costes de mantenimiento se vean afectados lo menos posible por esos intereses que genera la existencia de deuda técnica en nuestras aplicaciones.

Probablemente definamos para cada métrica diferentes umbrales, ya que como he comentado en otros artículos, en el nuevo enfoque que tenemos pensado darle en las revisiones de la calidad del software y de su proceso de desarrollo y mantenimiento, vamos a definir diferentes itinerarios de validación en función de las características de la aplicación, ya que no es lo mismo un mantenimiento que un nuevo desarrollo y además todas las aplicaciones no tienen el mismo nivel de criticidad, complejidad, etc…

Soy consciente de que cada itinerario que definamos complicará un poco todo, ya que serán más umbrales los que tenemos que ajustar, pero entiendo que este incremento de complejidad es necesaria, porque umbrales generales no darán buenos resultados porque son precisamente eso, demasiado generales.

Por tanto, tenemos que ser coherentes con el número de itinerarios ya que tampoco es cuestión de tener itinerarios a la carta (para sistemas especialmente críticos sí que puede tener justificación, pero serían excepciones), para de esta forma tanto el ajuste de los umbrales no se nos escape de las manos y para tener en general, en los procesos de verificación del software y del desarrollo una visión de lo que se hace (demasiados caminos o formas de hacer las cosas, hace que la idea de conjunto se difumine y se requiera estar muy encima de todo para saber realmente qué se está haciendo y supondrá un esfuerzo que realmente no creo que merezca la pena).

En paralelo debemos empezar a trabajar con la definición de las reglas, ya que si bien son de utilidad las que Sonar trae de serie, necesitamos algo más, ya que nos gustaría que se verificase hasta donde sea posible el cumplimiento de las directrices de nuestro libro blanco de desarrollo, creado en su día y actualizado desde entonces con el objetivo de dar uniformidad a todos los nuevos desarrollos y mantenimientos evolutivos importantes, para de esta manera acotar su diversidad tecnológica y de arquitectura, facilitando de esta forma futuros mantenimientos y simplificando, hasta donde es posible, las tareas de administración del software que sirve las mismas.

Para ello, tendremos que utilizar los mecanismos de extensión de PMD. Este tema está todavía bastante verde y tocará madurar, ya que será necesario realizar ese desarrollo, pero teniendo claro qué reglas queremos que se verifiquen, además, tenemos que elegir dentro del conjunto de reglas de PMD, Checkstyle y FindBugs con cuáles nos quedamos.

Una vez realizada la extensión, tocará definir los umbrales para las reglas, que también serán variables en función de los itinerarios que se definan. Como podéis ver, si todavía nos queda camino por recorrer con las primeras métricas, no quiero decir nada lo que nos queda por andar en lo que a las reglas se refiere. En cualquier caso es cuestión de ir avanzando, aunque sea lentamente, pero avanzando.

Sonar es un producto bastante interesante y que desde mi punto de vista, debería ser tenido en cuenta en los ecosistemas de verificación de la calidad del software. Cierto es que no te dice si un producto funciona o no (cierto es que están las pruebas unitarias, pero para ello éstas deben estar desarrolladas), ya que para eso están las pruebas funcionales y no el análisis estático de código, pero sí que es bastante útil para poder evaluar la calidad de desarrollo de las aplicaciones, su mantenibilidad y su grado de adecuación a las directrices de desarrollo que se marquen.

También Sonar debería ser un referente para los proveedores de servicios de desarrollo de software, ya que la calidad de lo que se entrega puede ser un aspecto diferencial respecto a la competencia.