Software propietario, en determinadas circunstancias, sí

Como ya he comentado en otros artículos estoy totalmente a favor del uso de software libre en entornos corporativos y particulares y que tanto las administraciones públicas como las empresas privadas deberían tener entre sus estrategias la progresiva utilización de este tipo software mediante la sustitución de su equivalente propietario en todos aquellos casos en los que el nuevo software proporcione unas funcionalidades iguales o mejores que el anterior.

Digo progresiva, porque la sustitución de unos productos por otros (y esto es extensible a cualquier sustitución de un software por otro, por tanto es un caso general y que no depende que el nuevo software sea libre) requiere de una planificación y de un proceso de gestión del cambio (e incluso en muchas ocasiones de soporte) que en muchos casos es costoso, sobre todo si el cambio afecta a un buen número de empleados, es decir, no se puede de la noche a la mañana pasar de utilizar un producto a utilizar otro, ya que puede afectar entre otras cosas a la productividad de los empleados. También digo progresiva porque si se van a sustituir varios componentes software por otros y hay que hacer para cada uno de ellos el proceso que acabo de indicar, en muchos casos será conveniente realizar la sustitución de forma escalonada. También es necesario tener en cuenta que existirán organizaciones que por sus características particulares sea bastante complicado el cambio de un software por otro y que provoque que el mismo se realice de forma muy pausada o bien que se descarte.

Pero una cosa es eso y otra olvidar que los Departamentos de Informática deben dar un servicio al resto de la organización y que ese servicio debe ser lo más óptimo posible, es decir, hay que evitar la experimentación en circunstancias que afecten a la productividad y por tanto si se va a sustituir un producto por otro, y centrándonos en concreto en la sustitución de un software propietario por uno libre, se debe tener claro (además de que es necesario un proceso de transición como el que se indicó en el párrafo anterior) que el nuevo producto permite proporcionar un servicio igual (o casi igual) o mejor que el anterior. Si no es así, salvo circunstancias que habría que estudiar caso por caso (por ejemplo, el coste de licencia de un producto propietario es muy grande y su sustitución por un producto de software libre, provoca una pérdida de algunas funcionalidades importantes que afectan, por ejemplo a alguna de las siguientes variables: disponibilidad, seguridad, productividad, etc…, pero el impacto de las mismas traducido en términos económicos es menor que el pago de las licencias del producto propietario), lo mejor es quedarse con el software propietario que se esté utilizando del cual sabemos que está dando un servicio y lo está haciendo haciendo bien.

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